Opción Obrera es la sección venezolana de la CRCI (Coordinadora por la Refundación de la IV Internacional)

Propulsamos el desarrollo de una política proletaria al seno de los trabajadores tras su independencia de clase y una organización de lucha para su liberación de la explotación e instaurar El Gobierno de los Trabajadores, primer paso hacia el socialismo.

Ante la bancarrota capitalista mundial nuestra propuesta es que:


¡¡LOS CAPITALISTAS DEBEN PAGAR LA CRISIS!
¡LOS TRABAJADORES DEBEN TOMAR EL PODER!



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martes, 29 de marzo de 2011

El Fracaso del Nacionalismo

Prensa Opción Obrera 19 - Marzo 2011

El Fracaso del Nacionalismo

En realidad todo ciclo nacionalista, como todo ciclo, tiene un auge, una permanencia y una caída. El nacionalismo es el enfrentamiento de un país subordinado como suministrador de materias primas al o los países dominadores para mejorar su ingreso o renta. Tiene siempre un límite al no trascender el marco burgués del Estado, ante lo cual el gobernante, por ese límite, es derrocado o se vuelca (180 grados) contra su propio país, vale decir, contra sus propios trabajadores, para continuar su sobrevivencia bajo los dictados o la complacencia del enemigo que dijo combatir, el capital extranjero.

La economía pesa y determina la vida del país, si los tentáculos por los cuales funcionan las relaciones de producción, la industria, el comercio, el transporte, la banca, el agro, sin soberanía se pliegan u obedecen a los dictados y necesidades del mayor capital que siempre lo representan los monopolios, sólo les queda trasformar esas relaciones liberándolas de ese corsé e instaurando otra forma en las relaciones de producción que no pueden ser otras que las dirigidas por los trabajadores. Para esto se deben conformar como gobierno para comenzar los pasos hacia la nueva sociedad socialista, lo que se logra mediante la revolución proletaria, de lo contrario, su caricatura permite que tarde o temprano triunfe la contrarrevolución.

Comenzar enfrentando las tareas nacionales no resueltas o diferidas por la burguesía cuando era clase dominante y podía intentar solucionarlas, ya en la época de declinación del capitalismo global se trastocan o se entrelazan con las de corte o tipo socialistas por las cuales hace bastante tiempo espera el proletariado del país. Esto es la revolución permanente.

En Egipto con Nasser, Sadat y Mubarak desde el 54, en Túnez con Ben Ali hace a 24 años gobernando y acostumbrado a las revueltas del pan, y  Khadafi hace 42 años, representan el ocaso del nacionalismo pan africano.

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